Hoy, martes 21, primer
día hábil posterior a las elecciones del domingo pasado, es el primer termómetro
para medir el impacto del resultado electoral. Ganó Milei, uno de los políticos
más sinceros de la historia: dijo exactamente todo lo que hará: eliminar el
Banco Central, acabar con la mierda/moneda argentina en favor del dólar, ajustar
tarifas, detener la obra pública, privatizar todo lo que sea posible (YPF, Vaca
Muerta, Aerolíneas) para reunir fondos con miras a la dolarización, arancelar
la Universidad, acabar con la educación y la salud pública en favor del capital
privado quien se ocupará de ambas actividades, eliminar el cepo cambiario, privatizar
el sistema jubilatorio volviendo a las AFJP, desarticular el Fondo de Sustentabilidad
del ANSES que es el reaseguro para mantener el sistema jubilatorio, libre
portación de armas, libre venta de órganos, libre comercio interno y externo,
libre contratación de alquileres tal como dispongan los contratantes sin
regulación del Estado, etc., etc. Todo ese programa fue expuesto con total
crudeza, argumentándose con analogías de mal gusto, como que el Estado
equivalía a un orfelinato con niños “envaselinados” a la espera de la
violación, una figura que según los sicólogos sólo cabe en una mente de
tendencia perversa.
El tirunfo con el 55% de los
votos, implica alrededor de 15 millones de cerebros entre dormidos, sumergidos en una
holgazanería intelectual severa y desdeñosos de una mirada histórica que ofrece
múltiples antecedentes de fracaso en programas similares e incluso menos drásticos
que el propuesto por el nuevo presidente. Hasta resulta disonante la frase Milei
presidente, una suerte de oxímoron que remite a su imagen destruyendo a
palazos, frente a las cámaras televisivas, una maqueta del Banco Central,
institución que no le renovó una pasantía durante su juventud dejando una
profunda huella mnémica, patológica sin dudas.
Pero más allá del comportamiento del dólar el día de hoy, lo significante y a la vez temible, es la declaración de Macri de que la juventud revolucionaria de La Libertad Avanza ya está preparada para enfrentar a los "orcos", que intentarán ganar la calle para impedir el cambio que esa juventud libertaria eligió el pasado domingo. Del otro lado, las organizaciones sociales han comenzado a "cabildear" para organizar la resistencia, apoyadas ya por algunos referentes de la izquierda como el "pollo" Sobrero. Tal como anunció el nuevo presidente, se avecinan momentos difíciles. Que al menos sea en paz. La brecha comienza a tener otro cariz. Esto también es la libertad, ¡carajo!
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