martes, 27 de octubre de 2015

Autoritarismo vs. democracia

Ha sucedido el comicio con un resultado inesperado: una virtual igualdad en los porcentajes  que desembocará en la segunda vuelta, instancia que revivió la vieja antinomia del título. Pongamos que tal como han instalado los medios, la cuestión deba dirimirse sobre la base del viejo maniqueismo: la bendita democracia vs. el autoritarismo de mala prensa; el "cambio" supuestamente reclamado por la gente por un lado, la continuidad de lo alcanzado más la acometida sobre los temas pendientes por el otro. Nadie sensato y de genuina cepa democrática es capaz de dar la espalda al diálogo amplio y el acuerdo de todos los sectores que propone Macri, mucho menos para apoyar la alternativa de Scioli, un tibio que en su discurso incluye los "saldos pendientes" de la gestión saliente (inflación encubierta, cepo cambiario, planes de fomento a la "vagancia" tal como el imaginario popular señala). Pongamos que tal como declaman los demócratas efectivamente recuperemos la participación de todos sin rencores, dejando de lado el modelo que falazmente proponía la inKlusión y la igualdad. Pongamos que sí. ¿Quién garantiza que tal como sucede con el "autoritarismo", las perversidades del nuevo modelo queden a la vista para que puedan ser señaladas y criticadas con la misma fiereza con que se criticó el autoritarismo de las cadenas en horarios centrales, las mismas que privaban a los arquitectos de la subjetividad destilar su clásica ponzoña mediática? ¿Quedarán a la vista en la promocionada "democracia participativa" los negociados, los vetos, la inoculación mediática que escurre entre las neuronas como agua entre los dedos sin que nadie la advierta? ¿Sabremos realmente cuánto vale nuestra moneda o gastaremos como en los noventa a cuenta de un ajuste perverso que sin ninguna duda volverán a pagar las mayorías "vagas"? ¿Alguien se ocupará de armar marchas similares a las que, aún con poco éxito, construyeron los medios junto a dudosos fiscales para reclamar por un "suicidado" que se pasó de listo y terminó siendo más útil muerto que vivo? ¿O se ocuparán de deshonrar la memoria de los muertos políticos con demandas interminables por supuestos negociados para ocultar los propios? ¿Volverán a nivel nacional el contrabando oculto en triangulaciones tan legales como las empresas de Niembro? ¿Dejarán de embarazarse las quinceañeras para cobrar planes asistenciales? Nunca lo sabremos, nadie se encargará de divulgarlo acudiendo al hoy reclamado sinceramiento, algo de lo que mucho se predica y poco se hace. Es muy triste para un pueblo advertir que para salir de una mentira deba caer en otra. Y más grave aún es que la consecuencia equivalga a la de una deficiente sistema educativo: uno advierte el daño cuando ya es demasiado tarde.