lunes, 30 de octubre de 2023

Una luz al final del túnel

                A una semana de que Massa haya revertido su derrota de las PASO, triunfando en las generales por un 37% contra un 30% de Milei y un lapidario 23% de Bullrich, han sucedido una serie de episodios que clarifican el panorama para el balotaje entre los dos primeros mencionados. La unión de Milei con Bullrich a instancias de un Macri mortalmente herido e ingresado de lleno en la agonía política, dinamitó a Juntos por el Cambio. Sólo el ala dura del PRO - y no todos - quizás opte por Milei. El ala blanda de la coalición, formada por el Radicalismo y la Coalición Cívica, quizás crucen de vereda y decidan la elección final en favor de Massa, dando por descontado que la Izquierda y el Schiaretismo no habrán de derrapar.

                Un análisis más fino de la situación, ofrece resultados todavía más auspiciosos, por ejemplo revelar cierta madurez del electorado argentino, siempre inestable e inesperado, a la hora de elegir a un candidato que, más allá de sus zonas grises, sus medidas electoralistas y su objetable historial, garantiza sobriedad y equilibrio emocional, atributos imprescindibles para cualquiera que aspire conducir los destinos de un país intensamente complejo como es la Argentina. Para emplear una analogía más o menos gráfica, digamos que frente a una catástrofe aérea, nadie sensato puede pensar en la deficiencias de la aerolínea respecto de su servicio a bordo. La impostura y devaneo emocional del energúmeno eyaculador tardío sorprende al mundo. Nadie puede entender cómo una personalidad tan distópica pudo llegar hasta esta instancia electoral, una muestra de lo que es capaz la Argentina, bendito país tan dotado de excelentes posibilidades naturales como de sorpresivas compensaciones en manos de un electorado que frente al peligro, finalmente acabó poniéndose los pantalones largos. Confienos en que el día del balotaje no se le ocurra ir en calzoncillos, y al menos calce el short de baño.