domingo, 19 de mayo de 2019

Cristina los puso en "zugzwang"

Este blog se reactiva luego de un periodo de ostracismo donde cualquier reflexión nos colocaba frente al dolor de la realidad, con el peligro adjunto de perder objetividad. No es fácil conservar la sobriedad ante el grotesco integrado por tanta marioneta política con sus adláteres mediático-judiciales. Pero finalmente ha llegado un viento fresco, de sencilla ejemplaridad donde le paso al costado de la ex-presidenta deja en zugzwang al rival. En el mundo del ajedrez estar en zugzwang consiste en llegar a una posición donde la obligación de realizar la jugada siguiente inicia necesariamente el camino a la derrota.
Así ha quedado la coalición gobernante tras el anuncio de Cristina, quien claramente no se ha bajado de la candidatura, simplemente la ha postergado cuatro años para que el desconcertado toro de la exclusión embista contra un paño colorado agitado por Alberto Fernández. Sólo bastará saber si el nuevo candidatos es capaz de hincarle las banderillas y asestar luego la estocada final. El recuerdo de Cobos está integrado a la sinuosa historia argentina.
Ya no habrá ejecución sumaria a partir del próximo martes en Comodoro Py, no tendrá ningún efecto, el kirchnerismo seguirá vigente desde la mejor trinchera: la vicepresidencia. "El corrimiento" también la exime de medirse en las paso con sus ex-empleados y de lidiar con Christine Lagard en la renegociación de la deuda, aunque es fácil imaginar, en caso de que así fuere, la incomodidad de la longilínea narigona en caso de tener un tete a tete con la flamante vice, capaz de petardear al mismísimo EEUU desde el púlpito de la ONU.
Otro golpe letal de la jugada fue mostrarle a Macri que ella es capaz de ganarle hasta con un sustituto y hasta por mayor margen, porque será muy difícil que el arco opositor pueda apartarse del frente patriótico, aunque no puede descartarse otro suicidio político, al fin de cuentas es el mejor camino cuando no se puede mantener la dignidad o ya no hay razón para vivir.
Cristina ha dado clara muestra de cómo jugar un tute cabrero político, donde el que va a menos resulta también ganador. Quizás en 2023, cuando haya pasado el infierno de los próximos cuatro años, seguramente dará muestras de cómo ganar yendo a más.
A Cristina se la podrá amar u odiar con distintas intensidades; lo que ninguna persona sensata puede dejar de hacer es admirar su estatura política.