viernes, 2 de febrero de 2024

Milei suma y sigue

Descubrir la causa de que el 55% del electorado haya empujado al monigote a la Rosada, podemos hasta entenderla analizando el perfil sociológico de esa mayoría - hoy seguramente muy disminuida -. Desencanto, juventud, ingenuidad, impericia, desmemoria, y el insalvable porcentaje que constituye el núcleo duro de la derecha, siempre navegando entre el odio, la insensibilidad y la miopía mental, constituyen el combo de esta trágica mayoría.

Hasta aquí todo bien. Aun admitiendo que hoy la mitad de ese porcentaje, formado por adolescentes ingenuos, desencantados, desmemoriados e inexpertos, a la luz de esta realidad votarían distinto, debemos concluir en que ya es demasiado tarde, el juego democrático ha clausurado la posibilidad de reparar el daño, al menos por cuatro años. 

Lo que no se entiende, es que el Parlamento, donde no hay adolescentes, ingenuos, desmemoriados ni inexpertos, convalide el rumbo suicida del gobierno votando la incomprensible ley ómnibus, cuyo dictamen de mayoría ha sido firmado ¡sin siquiera conocer el contenido completo del mismo!

Uno podría exculpar a la mayoría de la gente, justificando esa inexperiencia, ingenuidad y desmemoria, en la necesidad de sobrevivir a esta tragedia económica y social al que han empujado al país, pero estos inútiles que pululan como larvas por los pasillos y las bancas del Congreso, no tienen perdón alguno por esta reafirmación insólita del saqueo al que continúan exponiendo al  pueblo, ¡votando un papel en blanco!, con la estúpida explicación de ofrecer al gobierno un instrumento para ejecutar su política.

Confesamos la imposibilidad de calificar este hecho, el idioma español carece de adjetivos para definir estas conductas, como no sea cayendo en la grosería inútil. En esta realidad que vivimos no es posible asegurar que "la patria no se venda", incluso parecería que sí es posible, sólo nos queda esperar que no lo hagan. 

Estamos en malas manos, entre estúpidas y malintencionadas. Mientras tanto, 60 heridos en las calles, a punta de bala y garrote, dan cuenta que la represión pretende ahogar la protesta en calzadas ¡y veredas! No sólo quieren hambrear y vender la patria, también golpear y encarcelar. Falta la desaparición.