viernes, 7 de diciembre de 2012

Otra vez sopa

El triste destino de los simples, es decir nosotros, los hombres comunes que lidiamos con la vida, es ser el jamón del sandwich, estar siempre emparedados a expensas del mordisco. Esta interminable historia sobre las cautelares que prolongan indefinidamente la vigencia íntegra y acabada de la ley, es otro de los recursos espurios de la democracia para obstaculizar la voluntad popular. Esto no significa afirmar que la voluntad popular sea la mejor, pero es la que rige en un sistema representativo, incluso reconociendo que también la representación es cuestionable al no respetar la voluntad de cada hombre, que pierde presencia al estar reencarnado en otro. Pero puestos en la democracia, y admitiendo que es lo mejor, qué podemos esperar de un sistema representativo que no respeta las representaciones. La democracia parece tener anticuerpos para burlar siempre las decisiones mayoritarias, sea por el veto ejecutivo o las cautelares judiciales, ambas con potestad para arrollar sin piedad la voluntad popular. ¿Qué tiene de bueno entonces un sistema que llena la boca de todos por su capacidad abarcativa, y unos pocos lo someten mediante recursos previstos en el mismo sistema? La democracia vendría a ser una bacteria inmune a cualquier antibiótico. 
Nosotros, los simples, no ejercemos actos de gobierno, los obedecemos; no propiciamos las leyes, las acatamos; no producimos sentencias, las cumplimos; no practicamos la corrupción, la padecemos; no alentamos despojos, los pagamos; no invertimos, producimos para engordar inversores, es decir, trabajamos de trueno y es para otros la llovida, según pregona Yupanki.
Prescindiendo del contenido de la ley de medios, desde la antigüedad, la ley es el recurso de los débiles para fijar límites al vasallaje del poderoso, esa es su esencia. Y en la democracia, el estudio, proyecto, discusión y promulgación de la ley, es resorte del poder legislativo, supuesta representación de la voluntad popular. Si la misma democracia permite burlar ese mecanismo estamos en problemas.
Arguyamos que ese poder legislativo que aprobó la cuestionada ley es incompetente, feo o tiene mal olor, pongamos que no nos gusta el bigote de un senador o las siliconas de alguna diputada, pues el mecanismo para corregirlo es no votarlos en las próximas elecciones, por otra parte el único recurso disponible para los simples. Ahora, si pese a todo, los poderosos se reservan trampitas democráticas para seguir haciendo lo que quieren, que nadie se rasgue las vestiduras si mañana algún desmadre se lleva puesta a una Cámara. 

2 comentarios:

  1. Este artículo en total consonancia con la voz oficial, hace desconfiar de la imparcialidad del autor.
    Según su razonamiento: Cual sería el papel del Poder Judicial? Para que la Constitución lo puso dentro del diagrama de lo que llamamos Republica Argentina? No esta organizado para responder al voto popular, sino para impartir Justicia de acuerdo a las disposiciones, de acuerdo su buen saber y entender.
    Las medidas cautelares no son un invento contemporaneo sino que vienen de larga data. Nadie se puso colorado anteriormente.
    En mi opinión la Justicia tiene graves falencias: Jueces que resuelven tarde, y dejan
    temas sin solución de continuidad, por los tiempos de los tiempos; pero mientras tanto habrá que respetarlos, habrá que legislar en consonancia, para darle más dinamismo, previendo que debe tener una agilidad que sirva a la ciudadania. En el caso actual lo vergonzoso deriva que el tema de fondo, no se haya resuelto en tiempo y en forma. Cada uno tendrá su explicación, pero en la practica es intolerable, que en ese y otros temas haya demoras y más demoras. Para que sirve una resolución si no tiene vigencia actualizada?
    Eduardo

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  2. No haber resuelto la cuestión de fondo en tres años es prueba de que la justicia no opera como tal, sino como una corporación puesta al servicio de intereses extra-judiciales, ergo ha perdido su sentido esencial, ser un dique que frena al poderoso frente al débil. Para entender el significado de justicia sugiero leer Ética Nicomaquea. Algunos diálogos de Platón también son útiles al respecto.
    Este autor no tiene filiación política pero aprueba la desarticulación de grupos poderosos acostumbrados al atropello y el privilegio. Si acaso el gobierno empleara estos mismos mecanismos también es condenable. Desde este mismo blog se ha señalado que el crecimiento que el gobierno promociona como logro no se ve reflejado en cuestiones básicas como transporte y salud pública. En otros término, este autor no está en consonancia con la voz oficial, sino que la acción oficial en este caso apunta a desarticular un privilegio, con lo cual la voz oficial está en consonancia con el autor.
    Como siempre agradezco el comentario.

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