jueves, 14 de abril de 2016

Hipatia

Pese a la voluntad masculina a lo largo de la historia e incluso hoy mismo, la mujer ha recuperado mucho terreno en su lucha de género. Muchas de ellas ocupan puestos claves en el mundo actual, y a pesar de haber abrazado la política, una disciplina más propicia a la ambición desbocada que a la elevación virtuosa y a la reflexión serena, también en esta disciplina es posible encontrar ejemplares de alto valor intelectual y ético. A causa de ello el varón ha resignado posiciones en ese avance, convencido finalmente que la mujer no sólo es valiosa en sí misma como tal, sino por su capacidad de producir cambios positivos en el caótico entramado social del mundo moderno. Por si no alcanzara con esto, también ha sabido interpretar que la demonización de la mujer y hasta el intento de negar con violencia su ingreso a espacios tradicionalmente masculinos, tiene un efecto rebote indeseado. Hipatia, célebre pensadora de la antigüedad, es un ejemplo; destacada entre sus pares filósofos fue perseguida y lapidada por el cristianismo a causa de ser pagana, siendo su cadáver deshollado y quemado en público. El obispo Cirilo habría sido el instigador de este crimen con adverso resultado: que Hipatia sea más recordada por su triste final que por su vida virtuosa, prueba de que el ataque a la mujer es tanto o más peligroso que su ascenso social. Y eso sucede incluso cuando los autores son "buenos" (en este caso los cristianos) frente a los "malos" (en este caso  los paganos); mejor no imaginar cuánto más pernicioso sería invertir la ecuación.
Prescindiendo de la valoración del juez Bonadío (santo para algunos, diablo para otros), la citación cursada a la ex-presidenta sin ninguna justificación técnica ha permitido un retorno casi triunfal de la misma a tenor de la convocatoria popular para acompañar su figura a tribunales. Cristina expresó que el único juicio que le importa es el de la historia y del pueblo, aunque secretamente debe desear ahora que la persecución crezca para poder ejercer la oposición gratuitamente. Nada más auspicioso para un político que su presencia en el ruedo, más aún con semejante demostración de fervor popular, algo que atiza la envidia del actual oficialismo, campeón de la impopularidad a la luz del castigo desatado sobre la franja menos acomodada de la sociedad. Y todo ello gracias a la acción de la "justicia" sobre la "delincuencia". Casi podría parafrasearse al general Perón cuando afirmaba que la causa de la adhesión popular a su retorno no debía buscarse en las virtudes de su ejercicio como mandatario sino en los errores que supo cosechar la oposición en su afán por expulsarlo del escenario. ¿Se atreverán a citarla nuevamente? "Líbreme Dios de los Bonadío que de los enemigos me libro yo" (célebre refrán que hoy desvela al presidente).

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