jueves, 12 de mayo de 2016

Señales

La historia periodística local reconoce varios matrimonios a lo largo de su existencia, desde el legendario Neustad-Grondona, pasando por el acomodaticio Hadad-Longobardi, hasta la incestuosa perversión de los Leuco, suerte de aristocracia hereditaria que seguramente negarán los "demócratas". En general no perduran, prueba de ello son las "dos voces" disueltas por la rebelión del "populista" Silvestre (¿es o se hace?). Hoy, la grieta no sólo se interpuso en este último sino también en el compuesto por Tenembaum-Zlotozgwiazda, recalando uno en el poderoso grupo hegemónico, el otro en C5N. Señalemos al pasar que la única diferencia entre el capitalismo local y el internacional es el domicilio, en todo lo demás no se sacan ventaja. A propósito de esta última parejita mediática deberíamos concluir que el rebelde Zloto pareció haberse redimido al estilo Silvestre a tenor de su nuevo destino. Ayer, sin ir más lejos pareció alzar la voz contra el gobierno macrista, cuando a cinco meses de gestión jugó al verdulero ante las cámaras sopesando en una balanza de plato las acciones positivas y negativas del macrismo. Desde luego pesaron más las negativas, nadie sensato puede dejar de criticar al oficialismo, para eso está el periodismo "junto a la gente". No conforme con esa muestra de "nueva independencia ideológica" convocó a "pequeños empresarios" (carniceros, tintoreros, dueños hoteles familiares, entre otros) y a tres de los "grandes" para mostrar los desaguisados del macrismo. Desde luego los primeros cargaron contra el alza de los servicios (energéticos en este caso), en tanto los otros enfatizaron en la "pesada herencia". Nada nuevo, lo vemos a diario hasta en Los Simpson, ya hartan los análisis y debates mientras la clase media desciende un escalón aterrizando en la baja, otros tantos en la pobreza y estos en la indigencia.
Lo que se le escapó al desteñido Zloto fue el tratamiento dado a unos y otros, revelando su verdadera concepción ideológica. Mientras los primeros fueron atendidos al comenzar el programa (menor impacto final), y gozaron de escasos minutos exhibiendo sus facturas de luz comparadas (nada aporta mostrar las consecuencias sin indagar las causas), al otro grupo le dedicó casi un ochenta por ciento del programa para verter densas críticas al gobierno anterior, como si la salud de alguien dependiera sólo del embarazo. Mientras los pequeños lucían "ropa de calle" los grandes vinieron "de fiesta"; y lo más sintomático: unos de pie en las gradas, otros sentados frente a un panel. Moreno preguntaría: ¿No tiene para sillas este muchacho? Respuesta nuestra: Sí, tiene, pero ofrecer la misma comodidad a todos hubiera sido otra mentira de Zloto, un periodista siempre comprometido con la verdad.

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