miércoles, 25 de marzo de 2020

Economía "trumposa"

Los nervios de Trump al predicar que su país no detendrá el aparato productivo por un virus de "mala muerte" obedece a una sola razón: reducir el consumo planetario a niveles de subsistencia significa no sólo eliminar lo superfluo sino advertir al mismo tiempo dicha condición en la mayoría de los bienes que adquirimos sin detenernos jamás a pensar porqué y para qué lo hacemos. Una amenaza mundial que arrasa con todo nos enfrenta a la vida pura, sin el ingrediente que sazona - y disimula - el gusto por lo esencial. Muchos preguntarán qué sentido tiene la vida sin las cosas que habitualmente nos ocupa, entre ellas el consumo de bienes que, entre otras cosas, oculta significados, enigmas, interrogantes y búsquedas tendientes a reconocer la verdadera condición humana.
Una vida sin "diversión" ni más propuesta que un "mantenimiento" del cuerpo se presenta sosa, falta de estímulos consumistas. Detrás del derrumbe sicológico que esto representa, o quizás a causa de ello, el mundo productivo habrá de desmoronarse como castillo de naipes. Al cesar los habituales y costosos cruceros a bordo de esas verdaderas ciudades flotantes, sucumben las empresas asociadas a la actividad, tanto aquellas dedicadas a la construcción misma de las enormes embarcaciones como las asociadas a insumos de la actividad. Dónde entonces pondrán sus "ahorros" los inversores que colocan fortunas en los astilleros encargados de armarlos; dónde colocar la producción petrolera en un mundo sin consumo; qué yugular habrá de secarse en las gargantas de los fondos buitres; qué celulares nuevos reclamarán millones de parlantes que pasan horas hablando sin decir nada; a quiénes robarán los delincuentes sin víctimas deambulando distraídas por el mundo; a qué dedicarán sus horas los abogados en un mundo sin pleitos; qué diablos harán los dueños de las "primeras marcas" en un mundo sin galas ni cocteles; qué sentido tiene para los ricos la "exención" de permisos en un mundo con restricciones para todos; en qué gastar los excedentes sin el "buen comercio"; qué harán esas familias "divinas" según la expresión de una infeliz locutora al referirse al ex-presidente Macri; qué correos se vaciarán sin correspondencia que enviar; en qué parques eólicos invertirán Tévez y Barros Schelotto.
Frente a un mundo que impone detenerse y pensar, tiene razón Trump, es para preocuparse... Hasta es posible emitir moneda sin temer ninguna devaluación. Terrible! 

1 comentario:

  1. Muy de acuerdo con los conceptos!! Es un mundo sin la competencia vana.superficial

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