viernes, 6 de abril de 2012

Tormentosa realidad

Saldo inusual para una tormenta, 14 muertos merecen reflexión. El periodismo vulgar buscará responsables, el  crítico conclusiones. Por ejemplo, distinguir al menos dos magnitudes: el pensamiento, que construye irrealidad en el lenguaje, dibuja palabras; y la tormenta real, que escribe el mundo sin respetar modelos lógicos, con total arbitrariedad para nuestro sensato buen juicio, pura voluntad de poder descargada cuando convergen sus fuerzas creadoras. Le importa un bledo niños, mujeres y ancianos. A diferencia de las leyes humanas, afanosas por compensar desigualdades, la impiadosa tormenta lastima al más débil. Diríamos que es injusta la desgraciada: derriba postes de luz, arranca árboles de cuajo, vuela techos, destruye bienes, cobra vidas, hace trizas cuanto encuentra en su camino. Qué va uno a hacerle, paciencia y pan criollo. Pero a nadie se le ocurre cruzar esta actitud trágica con el obstinado esfuerzo de los hombres - los fuertes, los que tienen poder -, para emparejar estas desigualdades que la naturaleza, una y otra vez, pone de relieve. Se diría que está tercamente empeñada en destruir la buena acción de aquellos dispuestos a construir un mundo de bien, de igualdad. Sin embargo, el periodismo se conmovería - los lectores también -, si traviesos árboles aplastaran los cerebros de algunos personajes, que dejarían de alimentar rotativas en esa puja que pretende atraparnos como culebrón barato. Digamos que la masa encefálica dispersa de Magnetto, Lanatta, pongamos también Boudou para no embanderarnos, daría un golpe feroz a la opinión pública, vendería millones de ejemplares y al mismo tiempo dejaría de alimentar rencillas que nada tiene que ver con la realidad de cada argentino. Secreta, íntimamente, muchos pensarían que la naturaleza ha sido justa, al fin quiérase o no, el mecanismo que subyace a la apolínea justicia es la dionisíaca venganza. No juzguemos si está bien o mal, en todo caso pensemos si sucedería o no esa vana, pequeña revancha del hombre "invisible" en manos de la naturaleza. Si es así, no es una trivialidad. Significa que la igualdad que dicen propiciar los hombres que tienen poder, no es la que construyen en la irrealidad del lenguaje y escriben luego en códigos de abstrusa interpretación - carroña de abogadete -, no es la igualdad de derechos que llena el discurso electoral y la promesa incumplida, tampoco la que hiede en las sentencias judiciales; es la igualdad en la realidad, esa que fantásticamente propiciaría la naturaleza destruyendo tres nocivos cerebros. Al fin no importa quien tiene razón, cualquiera que fuere, las tormentas seguirán castigando siempre al más débil.  

2 comentarios:

  1. Escribes muy bien, pero a veces me cuesta seguir tu pensamiento.
    Cuando decis.. “Le importa un bledo niños, mujeres y ancianos”...” la impiadosa tormenta lastima al más débil”..”estas desigualdades que la naturaleza, una y otra vez, pone de relieve”..”Las tormentas seguirán castigando siempre al más débil”; forma parte de tu construcción metaforica?, de una nota sensible?, melodramática? ó ideologica?
    Cuando lo pones a Boudou es por lo que sucedió con Calcografica Ciccone?
    Creada en 1951 por los hermanos Ciccone, desde 1978 viene realizando llamativos y opacos negocios, sin licitación ni concurso de precios con la participación activa del Estado que le facilitó imprimir entradas para el mundial, billetes de lotería, pasaportes, DNI, formularios, etc.etc, hasta los “Menen truchos”. Siempre quisieron imprimir papel moneda, pero no se lo permitieron. En el 2009 cerró, ya que poco tiempo atrás le habian cancelado muchos de las trabajos que venia realizando y en el 2010 se le decretó la quiebra por una deuda de 239 millones con la AFIP. Ahora, en la nueva versión le permiten hacer lo que quieren, incluidos los billetes. De todo, con la oscuridad de siempre.
    Pero no me produciría ninguna satisfacción que los personajes que vos nombras, fueran aplastados como sapos.
    Quienes son los dos bandos en pugna?.
    Abrazo, y disculpame.
    Eduardo.

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  2. Se trata de una metáfora que enfrenta pensamiento y realidad, magnitudes incompatibles.
    Trataré de aclarar, un ejercicio sano también para mí, al fin cuando uno emplea el lenguaje, precisamente pone en palabras pensamientos inspirados en la realidad, de ahí lo complicado.
    La acción de la naturaleza es siempre neutra, carece de valoración ética, donde rigen dos conceptos "demasiado humanos": bien y mal. Cuando un animal mata no hay mal, porque no elige. El hombre sí puede elegir (tiene instinto y deseo), inaugurando la ética. Desde los griegos, nadie ha podido establecer criterios fundamentados acerca de qué es bien y mal. Por eso, "le importa un bledo niños..." es una ironía, un modo literario de describir la neutralidad de la naturaleza. En cuanto a que castiga al más débil es una consecuencia tan indeseada como inevitable: cualquier fuerza comienza destruyendo lo más indefenso (el fuego del asado comienza en el papel, luego la madera, finalmente el carbón). Esta progresión sucede también en el mundo: el niño es más débil que el hombre, la villa miseria más que el edificio; es inevitable que la tormenta sacuda más villas que edificios. Y mal que nos pese hay más pobres que ricos. Esto no es melodramático ni ideológico, es real, me guste o no, es un orden fáctico; el primer viento arranca la hoja más débil. Ahora bien, el hombre ha inventado leyes supuestamente para igualar, para compensar diferencias (si un forzudo me quiere trompear me amparo en la ley o tomo un palo para equiparar el desnivel natural). El imaginario caso de que la naturaleza destruya 3 cerebros poderosos, no significa que la naturaleza "hace justicia", trato de decir que esos cerebros (los mismos que crearon la ley para defender al más débil) no están cumpliendo con ese propósito, más bien "juegan con palabras" que no operan en la realidad sino en la ilusión de la gente. Prueba de ello es que la ley no iguala nada en la realidad; paradójicamente aumenta desigualdades. Por eso concluyo que las tormentas siempre castigarán al más débil.
    Esto no es una idea política, por eso pongo personajes de ambos bandos en pugna en la Argentina actual: el populismo de los Kirchner, poder político, en apariencia más dispuesto a igualar que el otro, el poder económico, con el grupo Clarín a la cabeza, empeñado en torcerles el brazo.
    Acerca de no complacerte que los personajes fueran aplastados como sapos, es comprensible, estamos atados a una moral de amor al prójimo que no se detiene en el oculto odio al prójimo, algo que también integra el alma humana y propicia desigualdad; hay que tener mucho odio para provocar dolor, postergación, o mucha cobardía para no intentar evitarlo. Por eso la naturaleza sería "justa" si destruyera tres pedacitos de poder que permiten que las tormentas sigan destruyendo al más débil.
    En cuanto al caso Ciccone, no viene al caso, son "jueguitos" del poder, muy lejos de interpretar la realidad "real". Siguen peleando en el campo del lenguaje, con palabras como proyectiles. Fuera de allí, en el mundo, viento y piedra siguen matando.
    Me honra tu preocupación por entender significados, un ejercicio que todos deberíamos hacer para ser más íntegros.
    Espero haber aclarado tus dudas.
    Un saludo afectuoso y gracias por tu comentario

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