jueves, 9 de agosto de 2012

Leer quitando espinas al pescado.

El pago del Boden anunciado por cadena nacional, junto a un aumento a los jubilados puede entenderse como un paso hacia la independencia económica, o como un hecho trivial que no soluciona la problemática económica de base. En este segundo caso puede suponerse que plantearlo a la opinión pública como suceso de trascendencia histórica es clara intención de falsear la realidad. La misma conflictiva tuvo y tiene aún la resistida ley de medios, que dio motivo a que una mitad la entendiera como paso hacia la democratización de la palabra, mientras otra la enarbola como pendón de censura y ataque a la libertad.
La posibilidad de entender un hecho no sólo de modo diferente, sino que esas distintas interpretaciones sugieran que el mismo hecho puede ser bueno y/o malo, habla a las claras del poder malhechor y/o bienhechor de la palabra conforme a la intención empleada en el discurso.
El lenguaje de uso político nunca apunta a la verdad sino al modo de presentar la realidad en función del interés particular que quiera ponerse de relieve. Esta inestabilidad de la verdad en dicho discurso es la que lo desmerece y a veces niega verdades evidentes transformándolas en supuestas falacias, y/o admite la vigencia de una falacia presentada hábilmente como verdad. ¿Acaso esta dificultad no tendrá que ver con naturalizar la noticia como reproducción de la realidad general, descreyendo de la realidad particular que nos rodea? Dicho en otros términos: ¿la realidad es la que presentan quienes nos hablan, o más bien tendrá que ver con lo que sucede alrededor mío percibido a través de mis propios sentidos?
Bajando el nivel del discurso para que sea accesible y transmisible a la mayor cantidad de lectores posibles: en qué cambia mi propia realidad si los Boden se cancelan o no en término. Más aún: ¿cuánto cambia mi vida si mañana Argentina, ese país al que dicen pertenezco, es más o menos soberano? ¿Cuánto cambió acaso luego del Cabildo Abierto de Mayo de 1810 para el trabajador de entonces. Ciertamente el efecto cascada influye, pero valga la reflexión a propósito de que el pueblo reunido ante el Cabildo, eran cuatro centenas de vecinos de la aristocracia local, única con capacidad para piquetear la Plaza Mayor; el pueblo trabajador estaban cumpliendo sus tareas habituales, no podía perder tiempo en cuestiones de soberanía.
Alguna vez pensemos los anónimos, cuánto de lo que vende la prensa en favor o no de una idea, impacta en nuestra vida cotidiana, en la puerta de nuestra casa, en nuestro bolsillo, o incluso nuestro cuerpo.

1 comentario:

  1. Muchas personas tienen una inclinación natural a creer en sus Autoridades.
    Y a muchas de ellas les gusta esta informadas.
    Aunque con comprendan cabalmente los significados de Boden, Ley de Medios,
    u otras que andan por allí, le crean expectativas favorables, e incrementan sus
    esperanzas, que algún día todo sea mejor.
    Y la mejor manera de detectar si es así, lo mejor es saber, entender y comprender.
    Las generaciones de noticias, tienen como protagonista central al poder de turno.
    A veces como iniciadores, y otras como participantes. Ante cada una de ellas algo
    tendría que decir, y sería deseable lo hiciera con la mayor rapidez, amplitud,
    objetividad y veracidad posible.
    Ese sería un buen comienzo.
    Y aunque la realidad nos resbale, es mucho mejor la iluminación que el oscurantismo.
    Eduardo.

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