martes, 28 de agosto de 2012

Subibaja

Cuando los chicos jugaban en la plaza sin presencia de los padres, es decir, cuando Buenos Aires era de sus vecinos y el desconocido era alguien amistoso o al menos neutral, sabían que el subibaja cumplía su función si en ambos extremos había pesos equivalentes. El mismo mecanismo opera en el juego político, cuestión que un pensamiento opositor raquítico elimina el posible vaivén. Sucede que el gobierno rompió con la búsqueda de alternancia, y acaso esto pueda recuperarse cuando la oposición entienda que el gobierno es un ejercicio de y para el pueblo.
Parece anacrónico mencionarlo, sin embargo la "vieja política" entendía su función como el arbitrio del poder por el poder mismo, no como un mandato popular. Así las cosas, respondía a un formato corporativo donde la crítica opositora operaba como mera búsqueda de votos para hacer exactamente lo mismo que se condenaba. Claro ejemplo es el gobierno de Rasjoy.
Entre nosotros, a partir de este gobierno, al que la oposición no encuentra por dónde entrarle y cada vez más se inmola en el ridículo, recién ahora comienza a instituirse la idea de que una alternancia depende de objetar matices en la política popular, y no la política popular misma. Por ejemplo, la grosería opositora de que la asignación universal por hijo fomenta la natalidad en lugar de reasignar recursos de un sector a otro, no hace más que desteñir el discurso de la vieja política, ante un pueblo que de a poco va recuperando su participación, aprobando políticas que apuntan a corregir desigualdades. Que estén bien o mal instrumentadas, que sean perfectibles, inadecuadas o extemporáneas, es debatible, pero jamás puede serlo el sentido de esas políticas.
Solemos discurrir por ejemplo acerca de demócratas y republicanos cuando llegan las elecciones en EEUU, pero más allá de las diferencias entre ambos, claramente las políticas respetan el rumbo que contempla las necesidades de su pueblo, mal que nos pese, caso contrario aparecen indignados hasta en el Central Park. Hacen falta opositores capaces de provocar un equilibrio que jaquee la continuidad oficial para superarla, pero que al mismo tiempo esté a la altura de esas políticas de estado oficiales, e incluso otras, que privilegien el protagonismo popular, caso contrario el subibaja permanecerá inactivo. Siendo que las urnas últimamente hablan, la torpe oposición está ahora sumamente preocupada por la la re-reelección. Por algo será.

2 comentarios:

  1. Da la impresión que mucha de la clase política vive según las encuestas, y van viendo cual es la tendencia del electorado para mostrar aquellos puntos y virtudes, que aún coincidiendo con el oficialismo son atractivas para obtener más votos, y no aparece como en los viejos tiempos una postura, una propuesta,
    un mensaje que se salga de los libretos ya conocidos.
    Y si es necesario cambiar de sector, o de línea política, en la búsqueda de la aceptación general la traspasan sin pudor .
    El oficialismo hace lo mismo. Por ejemplo hablaron de un posible control de countries y
    de barrios cerrados, y ante la reacción que percibieron en contra lo retiraron del
    Tablero.
    Así la alternancia se hace dificil, y se reduce
    a mostrar una posición que seduzca a la ciudadania, sin importar demasiado la sustancia.

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  2. Me parece que no es por la reacción que corrigieron la postura, ni tampoco lo "retiraron del tablero". Creo que más bien se trata de no avasallar ciertas "libertades consagradas" caras al neoliberalismo, para no dar motivo a las críticas indiscriminadas, pero acá, ahora, hasta los futbolistas de elite están en jaque; tienen que poner los impuestos al día sí o sí. El último domingo muchos no jugaron por esa causa.

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