Pasadas dos semanas del balotaje y a una de la asunción del mando, el presidente electo ya tiene armado el rompecabezas ministerial. Los nombres, de por sí, dan cuenta de la orientación que tendrán las respectivas carteras, pero debido a la impronta de confusión que permanentemente tiñe, tanto el pensamiento como los actos de la gestión Milei, parece prudente aclarar ciertos desacoples.
La presencia de Caputo en la cartera de Economía asegura el aspecto destructivo del plan de ajuste, que será financiado en parte por un préstamo del FMI (1.300 millones de dólares), otorgado para ser aplicado al mantenimiento del equilibrio ecológico, según manifestó el organismo. Lo que no explicó es porqué otorgan dicho préstamo a un gobierno cuyo presidente ha declarado que no existe cambio climático, sino que son simples expresiones de la naturaleza que, como los hombres, es libre de hacer lo que le venga en gana.
Otra desconcertante declaración de Milei es haber asegurado que la cartera de Capital Humano será la única con billetera disponible para asistir a los "caídos". ¿De qué caídos habla? ¿No era que no se iba a meter "con la gente" sino que el ajuste lo pagaría la "casta"? Por otra parte, incurre en nuevos engaños cuando asegura que esa cartera habrá de ocuparse de la contención social que irremediablemente traerá el ajuste. La tarea de contención será responsabilidad exclusiva de Patricia Bullrich al frente de la cartera de Seguridad, con planes de contención no precisamente económicos. Será mediante garrotes y balas (que sólo sean de goma, ¡por favor!), siempre y cuando los rebeldes no porten armas capaces de arrancar de cuajo árboles enteros, como sucediera durante las protestas de los sediciosos mapuches entre los que figuraba el abatido terrorista Rafael Nahuel que, según la justicia, fue asesinado por la espalda estando desarmado. Corregir esa justicia corrupta será tarea de Cúneo Libarona.
Lo realmente esperanzador es la declaración de Ferraro, titular de Infraestructura, que se ocupará de detener la despilfarradora obra pública, sobre todos los gasoductos que, asegura, ningún usuario utiliza. Planea distribuir el gas como el polen, esparcido por el aire.
Desde Relaciones Exteriores, Mondino se ocupará de convencer a Lula que han sido los medios tendenciosos los que pusieron en boca de Milei el oprobioso insulto de "comunista". Nada de eso es cierto, Milei considera a Lula un demócrata pertinaz, pecado de juventid que seguramente desaparecerá cuando alcance la madurez.
Por último, el ministro del Interior en un acto de notable honradez intelectual acaba de anunciar que no habrá de honrar su apellido.
¡Viva la libertad, carajo!
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