jueves, 4 de abril de 2013

Solidaridad con Macri

Ante el drama climático que asoló al litoral del Río de la Plata, nos ha conmovido profundamente la actitud del Jefe de Gobierno de la Ciudad, no sólo por el desempeño al frente de su equipo, siempre al pie del cañón ante la emergencia, incluso antes de que arreciara el meteoro. Desde las tres de la mañana - declaró, aunque sospechamos prefirió obviar que desde mucho antes temió por la suerte de sus gobernados -, se puso al frente de su equipo para conducir las operaciones de socorro, arbitrando todos los medios para la asistencia de las víctimas; no sólo por eso, decíamos nos ha conmovido, sino por la actitud generosa de poner a disposición del Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, toda su fuerza para colaborar también en la asistencia a las víctimas de la capital provincial.
Estremecedoras fueron las declaraciones vertidas hoy junto a su Vicejefa y su Jefe de Gabinete, previo al anuncio de aumentar la cifra de los subsidios y la suspensión del ABL por seis meses para los afectados por la tragedia, cuando aludió al profundo dolor que lo embargaba personalmente, como así también a sus funcionarios. Aquellos que especulan políticamente con esta catástrofe, acusándolo de negar o aun distraer fondos de las obras destinadas al drenaje de las cuencas, o critican el merecido descanso que se toma para compensar el duro estrés que representa la conducción política de la ciudad, deberían haber visto el gesto amargo del titular del ejecutivo porteño, y sobre todo saber leerlo para apreciar en su justa medida el dolor que escondía esa mirada transida, y esas comisuras llovidas de quien está a punto de quebrarse en llanto.
Si acaso el encono político de sus opositores no permitiera entrever el compromiso emocional derramado por el primer mandatario capitalino, evidente en el gesto agrio, allí estaba para desmentir cualquier posible felonía la imagen del Jefe de Gabinete, sumando a su habitual gesto de ternura, la angustia por el futuro de los damnificados por la fuerza brutal de la naturaleza que, tal como señaló en la conferencia de prensa el Jefe de Gobierno, "nos ha puesto a prueba"; y no dudamos habrá de superarla.
Pero si a pesar de todo el ladino escepticismo, exacerbado por una secreta homofobia, descreyera de la sinceridad de estos dos abnegados conductores políticos, también sumaba su congoja la Vicejefa de Gobierno, ella sí excedida por la pena, pero a pesar de todo serena, dispuesta a esconder en su rostro de virgen dolorosa la tormenta que se cernía sobre su alma. Sepan malintencionados opositores, sepamos golpeados porteños: allí están ellos y equipo siempre alertas para dar todo por sus gobernados.  

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