martes, 23 de enero de 2024

Maniobra distractiva

Bajo la gestión de Macri, el modo de gobernar eludiendo la resistencia opositora fue presentar proyectos legislativos con varios aspectos discutibles, de forma tal que en la negociación se aprobaran algunos - los importantes - y se aceptaran correcciones en otros, cuestión que la oposición creyera estar cumpliendo su rol eficientmente. Esteban Bullrich fue quién entonces confesó públicamente la estrategia.

A menos de dos meses de asumir, el nuevo gobierno aplica la misma mecánica. Con el pueblo hambreado y los salarios licuados por la formidable inflación autoinfligida, la mayoría de los medios, incluso los más acérrimos opositores, han puesto foco en la famosa ley ómnibus. Lo tristemente ingenuo es que la misma oposición se siente orgullosa de haber logrado "torcer el brazo" oficial, obligando a corregir muchos de sus decretos. Solazados en ese "consuelo de tontos", ladran a cuatro vientos haber reducido de cuatro (4) años a sólo uno (1), el período de facultades especiales que Milei reclama para poder legislar en función de su desopilante programa.

Si en menos de dos meses ha puesto la Argentina patas arriba ¿qué no hará en un año?

Parece mentira que frente a la devastación producida en la economía con festejados índices inflacionarios del 25 %, todavía haya gente sugiriendo esperar un poco, otorgando tiempo a la nueva gestión para acomodar las variables, mientras respiran aliviados por haber sorteado el temible 15.000 % de inflación anual anunciado por el "gatito mimoso" del poder.

Entre todas las barbaridades expresadas desde su asunción, apenas puede rescatarse una verdad única, claro que tampoco propia, sino de cualquiera que tenga mínimo criterio: hay dos Argentinas pugnando entre sí, por un lado aquella que en nombre de la libertad borra de un plumazo al Estado regulador junto con todos los derechos del pueblo; y por otro, aquella que transitó el flagelo de la pandemia auxiliando a todos - partidarios y oposición -, con arreglo a su verdadera función protectora. ¿Acaso no recuerdan los argentinos el IFE y demás aportes al empresariado que el Estado otorgó, o los aviones de Aerolíneas Argentinas trayendo las esperadas vacunas mientras se acusaba al Presidente de hacer negocios con Rusia?

Todo está guardado en la memoria, sólo necesitamos la voluntad de acudir a ella.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario