viernes, 12 de enero de 2024

Primeras mediciones

El Indec anunció un dudoso 25,5 % de inflación registrado en diciembre/23, durante el cual muy pocos aumentos de precios quedaron por debajo del 100%. Con el DNU funcionando a pleno y un proyecto de ley con 1000 artículos que crea las "bases" para una argentina "libre", en manos de un Parlamento de bolsillos abiertos y un Poder Judicial más distraído que nunca, las condicones están dadas para la mayor destrucción "legal" de la historia argentina.

Tanto la crisis de 1989 como la del 2001 golpearon fuertemente a la sociedad, pero en ninguna de ellas se habían desarticulado los mecanismos de defensa de la democracia para dar contención a las clases más vulnerables. En ambas se torció el brazo al gobierno de turno, en el caso de Alfonsín apurando el traspaso de mando para evitar un estallido social mayor ya insinuado en los asaltos a supermercados, en el caso del 2001 expulsando por el aire (vía helicóptero) al "aburrido" De la Rúa y dejando un tendal de muertos. Sin embargo, en ambas se preservaron los mecanismos de reconstrucción del tejido social.

En resumen, las crisis mencionadas no fueron terminales, el organismo económico-social conservó en cada caso la salud suficiente para recomponerse, en virtud de que los errores cometidos no destruyeron la vitalidad de la democracia. Este caso es distinto, aquí es precisamente empleando la sagrada libertad que se socavan las bases de la democracia, anulando todos sus recursos, incluso el Estado, depositario de esos recursos para poner límite a las arbitrariedades de los "particulares". Quienes duden de este principio no tienen más que leer a los "ilustres" del siglo XVIII (Russeau, Montesquieu, Diderot, etc.), quienes precisamente invocan la libertad para fundar los principios republicanos que este monigote está destruyendo aceleradamente.

La libertad sólo es tal cuando es capaz de responder criteriosamente para qué es empleada. Si no lo es para el goce de todos, no es libertad. No se puede aplicar la libertad mediante la prisión. No se puede salvar a alguien privado de oxígeno taponando el acceso a los pulmones. Estamos repitiendo la triste historia del Barón de Munchhausen que pretendía salir del pantano tirando de su propia coleta. Desde este blog seguiremos abogando para que el confundido 55% emplee la libertad para pensar y descubrir su verdadera naturaleza. 

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