lunes, 13 de noviembre de 2023

Aclarando...

Inmersos en esta atávica tendencia a no reparar en la causa de los fenómenos sino en sus consecuencias, es necesario aclarar que, a un par de días de ingresar a la veda previa a las elecciones del próximo 19 de noviembre, nadie puede aducir que ignora cuáles son las propuestas políticas de cada candidato. El debate realizado ayer ha dejado expuesto el ideario de los programas en pugna. Tampoco corresponde distraernos con temas accesorios como la corrupción (fenómeno humano del que no escapa ningún gobierno, cualquiera sea su orientación ideológica), o la incapacidad de cumplir con la ejecución de los programas (no alcanza sólo con el voluntarismo para una correcta gestión, resulta imprescindible la capacidad técnica para poner en marcha un programa). A diferencia de lo ocurrido en 2015, la oposición al "populismo" ha sido esta vez transparente dejando al descubierto su programa de reducción del déficit fiscal mediante severos ajustes, dolarización, eliminación del Banco Central, desregulaciones, eliminación de subsidios y fuerte reducción de la presencia del estado. Todas aquellas promesas incumplidas de Macri que Scioli advirtiera en el debate de 2015, hoy no existen. La Libertad Avanza ha mejorado respecto a Cambiemos, ahora nada se oculta, todo está a la vista. 

Desde la cordura y sensatez de ambos modelos, todo parece indicar un posible triunfo de Unión por la Patria, sin embargo, deberá tenerse en cuenta que un buen porcentaje de la masa electoral insistirá con su salto al abismo, desnudando una patológica tendencia al suicidio o una incapacidad severa de anticipar hechos a partir de sus causas, tema que deberá zanjar una fuerte corrección en materia educativa, más que en su forma en su contenido. Ese será un tema pendiente, con un fuerte desafío implícito: desarrollar la capacidad crítica del pueblo, especialmente entre los más jóvenes, estimulando mayor interés por los asuntos públicos, eso que ha dado en llamarse "política", del que cada ciudadano deberá hacerse cargo sin esperar falsos mesías que desde el Cielo corrijan cuestiones  de gobierno. Por otra parte, también será necesario reparar que, si acaso un triunfo de Massa impidiera que Milei arreara con la democracia, una gestión deficiente de su propuesta llevará implícita una nueva invitación para que esa misma democracia que hoy estaría a salvo, asista dentro de cuatro años a su propio funeral.

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