domingo, 19 de noviembre de 2023

La libertad avanzó. ¿Alcanzará?

La libertad avanzó, llegó y, ya en el primer discurso, marcó territorio. De modo similar a la reacción que tuviera Macri en su momento frente a una elección adversa, Milei, con su silencio frente a las expectativas en relación al mercado cambiario, no hizo más que azuzar la embestida. En línea con su idea de que un "dólar recontraalto" es funcional a la propuesta de dolarizar, remarcó que su gestión comienza el 10-12, siendo el gobierno actual el único responsable de lo que pueda suceder hasta esa fecha. Como hábil diestro, tras agitar el paño rojo frente al toro, con una elegante verónica se hizo a un lado para que no lo salpique siquiera la sangre de las banderillas. En aquella otra oportunidad Macri, entonces presidente, enojado con el voto popular permitió con su inacción una importante devaluación. En este caso Milei, aún siendo bendecido por la voluntad popular, hizo lo mismo. Trátese de un presidente saliente o un presidente entrante, el liberalismo parece ser ciego, sordo y mudo frente a cualquier hecho de la vida pública que pueda perjudicar al bolsillo popular.

Es bueno que la gente vaya tomando nota qué cosa es la "libertad" a favor de la cual votó. Aunque nada se puede reprochar a un electorado ávido de esas soluciones que la política actual no resuelve desde hace casi una década, es también hora de que comience a advertir que ha elegido con desesperación salir de una realidad ignorando hacia dónde marcha, a pesar de que el mismo Milei lo anunciara explícitamente durante la campaña. Si pensar es aquella función superior del hombre que permite anticipar situaciones futuras a partir de sucesos del pasado, será momento de comenzar a entrenar para la próxima elección, si es que dentro de cuatro años queda algo para elegir.

El salto al vacío está dado, ya no hay vuelta atrás ni es hora de lamentaciones. El 44% de esperanzados deberá ser testigo de cuatro años de liberalismo libertario, el primero de la humanidad según Milei. Y nada de protestas, porque no habrá gradualismo y serán implacables frente a cualquier intento de "violencia", conforme a la máxima que el nuevo presidente desempolvó: dentro de la ley todo, fuera de la ley nada. Suena lindo, salvo cuando golpea en la cabeza. Que no sea como con Menem cuando se exculpaban con la célebre frase: "yo no lo voté". Suerte, argentinos, el consuelo es que todo esto es gracias "al cielo". 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario